martes, 30 de diciembre de 2008

Nuevos poemas a Fabia

a mis mujeres, como siempre

* * *

me hizo falta leer a Cortázar
hace como treinta años
para comprender ahora
tu alma y tu sonrisa
cuando bailas
dejando los brazos suspendido en el aire
por un instante
como rogando a dios

como en el cuento de Cortázar
se oye el tren pasar por el pueblo
y un muchacho mira por la ventana
a las muchachas como estatuas
así ocurre en ese cuento
del que tú eras ya la protagonista
hace como treinta años

* * *

el príncipe que se casa con la princesa
al final de que cada cuento
ha llegado:
te he encontrado con amor y entusiamo
y ya estamos juntos para siempre

* * *

la nieve ha desaparecido
en una esquina del camino
he puesto para ti, sobre la hierba húmeda
unas pajas finas y secas
y acostada nuevamente
miras las nubes caminando
en el cielo azul y despejado de Nueva York
son las mismas nubes que miró tu padre
hace ya tantos años
en el jardín minúsculo de una casa
en el trópico
(el trópico que tanta falta nos hace)

mira las nubes ahora, Fabia,
y reconce sus formas
su lento paso que las lleva
del Pacífico al Atlántico
para que veas que el amor
es el tiempo, la distancia que no muere

* * *

un duende camina por la nieve
y más nieve cae sobre ese duende
que deja huellas y contempla pájaros
las veredas y la iglesia
desde el patio de la casa

* * *

Fabia dice que nuestra boda
será en la primavera
cuando haga sol y se haya ido la nieve
y lanzaremos globos al aire y habrá torta
como el día de su cumpleaños
y que mamá también se casará con nosotros



* * *

Fabia,
en el libro de poesía de Borges
encontrarás un poema para a ti
porque no estaba leyendo los poemas de Borges
sino escribiendo un poema para a ti

* * *

somos Boo y Sullivan, de Monsters Inc
George y el Hombre de Amarillo, del PBSKIDS
Nemo y el padre de Nemo que lo busca en los mares
somos la princesa y su padre de tantos cuentos
(y también el príncipe y su princesa)
somos tú y yo, Fabia
tal como lo quieres

* * *

es verano Fabia
y llueve en el norte
pero la terrible idea de no verte
hace que me olvide
del verano
la lluvia
y el norte

* * *

al llegar el día entra Fabia
a nuestro cuarto

en una mano, trae una campanita
en la otra, una lámpara encendida
(es penumbra aún)
y es como si llegara el ángel de Dios
a despertarnos de una tosca y vulgar muerte