martes, 24 de junio de 2008

El asunto del que se trata

Este libro es un compendio de crónicas del barrio. Algunas fueron publicadas en diferentes momentos, otras se mantuvieron inéditas. Otras han ido fraguándose en la medida en que el libro se fue organizando. Es una celebración de la amistad, del tiempo y de los eventos que me ayudaron a construir en mi mente y en mi vida, mi identidad de hombre de barrio, de un barrio del sur que se perdía en los límites de la ciudad. Incluyo, al final, dos textos de Luis “Cholo” Cepeda, mi amigo de infancia y también personaje principal de otros libros que he escrito. El lugar que menciono ya sólo existe en el poderoso recuerdo en el cual los patriotas del sur aún juegan alrededor de un gran fuego que armábamos en las noches y que con los años devino en nuestra iniciación en la vida. Detrás de estas páginas se esconde el deseo por volver a dialogar con quienes me honraron con su amistad y los que me dejaron conocer una parte de sus vidas, y también es un intento de traer de vuelta a aquellos que ya cruzaron el umbral.

A menudo digo que fui un muchacho del sur, de la Ciudadela 9 de Octubre. Eso significa que mi vida transcurrió puertas afuera, como ocurre en las clases populares. En esa vida externa todo se teje en las voces de la gente, en sus rumores que vienen de otros tiempos y lugares, del decir de los campesinos del litoral y las montañas andinas, de los negros del norte y de la clase trabajadora, voces y rumores en medio de la inclemencia del tiempo y los problemas familiares. Estas crónicas transcurren en tiempos dispares, y son más que narraciones viñetas, episodios, pequeños frescos que cuentan las maneras en que nos escapamos de la abulia de la tarde del trópico, la misma que muchas veces transcurre contradictoriamente en un encierro casero, casi de Contrarreforma. Aquí se dice la manera en la que cumplimos nuestros vagabundeos por las calles, callejones y terrenos baldíos del sur.

He resistido la tentación de volver estas crónicas una novela porque ésta se construye de manera imaginaria entre dos libros ya publicados (El Cholo Cepeda, investigador privado y Si es que te queda cariño), y porque no quería trabajar sobre una narración de tensión sostenida de acciones, indispensable en toda buena novela, sino optar por la descripción de pequeños eventos. Este libro confirma que he encontrado en la realidad local (historia, geografía y lenguaje) el material más idóneo para poblar unas cuantas cuartillas.

Valga anotar también que esto es un esfuerzo por rendir nuevamente homenaje a aquellos que consagraron sus plumas en los relatos de iniciación y crecimiento del adolescente: Mark Twin y sus inolvidables The Adventures of Tom Sawyer y Huckleberry Finn, JD Salinger con su The Catcher in the Ray, Alain Fournier y el magistral Le Grand Maulnes, Marcel Proust con su magno A la recherché du temps perdu, Jack Kerouac en su On the Road, Henry Miller siempre fresco en sus Tropic of Capricorn, Quiet Days in Clichy, Remember to Remember, Black Spring o The Books of My Life, el Reynaldo Arenas de Antes que anochezca, entre tantos otros que me han alumbrado el camino para vivir y entender mejor “la fábrica” de la vida.

A más de su fachada de simple anecdotario o alcahuetería de amigos, quiero creer que en este libro los lectores de otros barrios podrán encontrar también su propia herencia, sus propios patriotas y ver el pasado como un tiempo que se puede transformar.